En verde camuflada se decide a pisar el campo de batalla. Las chalas se amontonan, se cruzan, no dejan aflorar el color de la tierra y son los caídos de la contienda; pero allá, en medio del amarillo seco un pequeño reducto aún firme. Bien formados y prestos también a correr la misma suerte, tarde o temprano llegará. Los muertos son ya estopa y los pájaros se afanan en encontrar manjares ocultos. En verde sigue caminando, avanzando y aproximándose al último batallón, tal vez debiera unirse y perderse entre las hileras abiertas. Pero los enfrenta y los admira, allí en el medio de la colina, abiertos ya todos sus frentes continúan creciendo hacia el cielo. Una foto para el recuerdo porque mañana quién sabe y a retornar al suelo mullido porque ya ha rendido su tributo silencioso. A seguir y a pensar que donde estamos no es el lugar elegido, para eso están los sueños y la libertad. La verdadera libertad que se alcanza en los filos, sin camuflajes.
