“ÉNDOGENO”. EL VIAJE DE WILLO HACIA DENTRO.
Se dice que todos cargamos con nuestro propio infierno, un patio particular donde se huelgan los demonios y que de él se sale escaldado o aterrorizado. Purificado también, no en pocas ocasiones se ha asociado el fuego con la regeneración y deber ser que bajo las cenizas vuelve a crecer de nuevo la hierba. Y si las células vegetales cuentan con ese poder ¿no habrán de poseerlo igualmente las nuestras?
Llegamos así a “Endógeno”, una exposición que nace del interior de un ser sensible a sus propios fuegos y que decide indagarlos; y como las células que se forman dentro de otras, van surgiendo dudas, angustias y deseos. Solo después de la enajenación, cuando los fuegos se atenúan, podrá llegar el descanso y la aceptación.
If I shoulb be,
if I succeed,
let me conquer my inner me.
Y entonces…mirarnos bien dentro y descubrir que siendo amables somos crueles, que creyéndonos valientes nos detiene siempre la cobardía, que somos pero parecemos todo el tiempo y que la realidad poco tiene que ver con el deseo. Lo que dista entre lo que se anhela y se consigue perturba; y acortar la distancia para finalmente ser pasa para este sujeto lírico —porque hay un concepto poético notorio detrás de todas las series — por encontrar todos esos yoes que habitan en uno solo. Y en lo más profundo del ser.
El viaje comienza con la serie “Musas oscuras”, criaturas misteriosas, mediadoras a veces y en otras representantes de la muerte, que se nutren y nacen de los recovecos más sombríos del sujeto. Tras ella llega la aun más perturbadora “Alien”, en la que ese yo se convierte en una criatura extraña, deformada incluso y doblegada ante el despertar corporal y espiritual de quien deja ya de ser responsable de sus actos y movimientos. La locura da paso a la angustia, después, la tristeza; pero, acrisolada ya el alma, también llega el conocimiento. Finalmente: “Intimidad”, tres imágenes en las que el sujeto lírico abraza su sexualidad y en las que baila con su propia naturaleza.
Willo ha creado poesía en sus imágenes con la esperanza tal vez de cautivar una realidad esquiva y plasmar así sus mismos misterios. Se expone creando un juego de luces y sombras, una atmósfera parda que se expande desde su piel y que rebosa del marco para envolvernos. El simbolismo está también muy presente, amén de las poses y colores, el artista juega con otros objetos como la saya representando lo femenino o el sombrero como lo masculino. Para adentrarnos en “Endógeno” se ha de —al igual que con los versos — detenerse en cada imagen, desentrañarla y dejarnos también llevar por esa musa oscura. Viajemos hacia dentro.
Por: Alexia Santolaya Díaz
Fantástica sintonía entre las imágenes y los textos. Crean un viaje muy potente para el espectador.
William realmente nos ha regalado la oportunidad de ver a profundidad un nuevo mundo desde su lente, esta exposición personal a sido una maravilla para esta naciente galería. Felicidades Willo